Desde muy joven sentí un llamado a encontrar otra salida que el mundo no podía
ofrecerme, así incursioné en yoga ya que realmente las tradiciones
orientales me gustaban más que el
Cristianismo con su carga de dolor, castigo y culpa; así que me costo un poco aceptar a Jesús como mi guía.
Durante mi formación como Renacedora, luego de haber pasado por muchos
procesos terapéuticos, conozco “Un Curso de Milagros “ y es allí donde comienzo
a enamorarme de Jesús a través de la práctica
de las lecciones. El libro para mí se ha convertido en un Portal de Luz que se
abre cada vez más a medida que practico y aplico las lecciones. Cada una de
ellas contiene y transmite una frecuencia de Luz capaz de limpiar nuestras memorias, de recodificar
nuestro ADN. Son mantras poderosos.
¿Un Maestro?
Tenía varios años haciendo el Curso en un
período en que viví en España, cuando me invitan a un seminario del Maestro
Josh que venía de Wisconsin. Cuando lo escuché hablando desde la certeza de su
experiencia pude reconocer el Cristo en él, yo ya había tenido otros
maestros del Curso, la diferencia es que este maestro sí estaba despierto. Fue una experiencia muy profunda para mi. Una
persona que había despertado. ¡Qué
acontecimiento! Sentí tanta luz que no
puedo expresarlo con palabras. Fue entonces cuando me vino a la mente un párrafo del “Manual del Maestro”: “A cada uno de los maestros de Dios le han
sido asignados ciertos alumnos los cuales comenzarán a buscarle tan
pronto como él haya contestado la
llamada… Sus alumnos le han estado
esperando, pues su llegada es segura… Tan pronto como él elija desempeñar
su papel, sus alumnos estarán listos para desempeñar el suyo. “Esa tarde al salir del evento fui inmediatamente a buscar ese párrafo en el libro. Bueno, ya encontré a mi Maestro y ¿ahora qué?
Supe que en un mes él
estaría viviendo en Mataró (España) , enseñando El Curso y todo
se desarrolló milagrosamente para que yo
me mudara para allá. Yo vivía en Málaga, en el Sur de España). Mataró está en Barcelona (al Norte). Yo sólo tuve que decir : “sí". Todo resultó
tan fácil que inmediatamente me di
cuenta que no era yo realmente quien lo hacía. ¡Estaba siendo guiada! ¡Jesús me estaba llevando de la mano! Ni siquiera tuve que viajar sola, mi amigo Lorenzo me acompañó en esta aventura y los hermanos encargados del Centro nos rentaron un piso para vivir, además de muchos otros eventos que se fueron
presentando. ¿No es esto un milagro?
Después
de ocho meses viviendo en Mataró regresé a Venezuela a atender asuntos familiares, venía de una experiencia muy consistente de luz por lo que me sentía
bastante fuerte como para extender toda
esa luz a mi familia y amigos. Sin embargo, no fue así.
Tal vez durante un mes pude sostener esa fortaleza, después las energías
mermaron, y el apoyo y protección que sentía en la luz se fue desvaneciendo.
Mi experiencia en Source Temple
Para hacerlo simple, el grupo que estaba en España decide
instalarse en Brasil, estado de Sao Pablo, en Monjolo, un lugar paradisíaco, rodeado de
montañas, ríos y cascadas. Su
único propósito: despertar. Y es aquí
donde me encuentro acompañando a mis hermanos
en este viaje.
Tal vez sea difícil transmitir una experiencia, ya que cada quien tiene su forma de
vivirla, sin embargo trataré
de poner en palabras lo
que Source Temple representa para
mí:
LIBERTAD:
para reconocer quien soy. Yo soy el santo hijo de Dios. Libre
para perdonar y para salvar al
mundo. Mi libertad radica en mi
relación con Dios, en mi total dependencia de Dios.
Esa es mi única libertad y mi
salvación. No soy libre para hacer lo que me da la gana. Soy
libre sólo para hacer la voluntad
de Dios. Y allí encuentro mi felicidad.
INTEGRACION: Todo lo que veo, siento o
acontece lo uso con el único propósito de despertar. Jesús nos dice que El
Espíritu Santo lo usa
todo para mi despertar cuando yo
se lo entrego a Él. Así, puedo acceder a una experiencia de muchas maneras, a
través de la música, la danza, el servicio, el yoga, la oración, la respiración conectada (Rebirthing), pero
sobretodo uso las relaciones para
despertar. Jesús me enseña que esta es la vía más rápida para despertar, que
no tengo que hacer sacrificios, sólo
perdonar. Y el camino queda limpio para ver con los ojos de Cristo.
ACEPTACIÓN: De lo que es y no de lo que yo quiera que sea. Para poder integrar necesito aceptar. El ego es siempre negación, contracción, obstrucción. El ego
mantiene las puertas cerradas a la luz. Cuando acepto permito que la luz entre y me cure. Y cuando
acepto, sólo puedo estar agradecida.
Cuando estoy agradecida mi corazón esta abierto. Un corazón abierto está lleno de
amor.